¿Qué es la póliza de Crédito y cómo funciona?

Dentro de la póliza de crédito deben aparecer una serie de datos que garanticen su legalidad y especifique las diferentes condiciones con las que cuenta. Aparecen reflejados todos los datos de la entidad financiera que lo concede, así como los de la empresa o autónomo al que ha sido concedido. Además, deben constar los siguientes elementos:

• Importe: se trata de la cantidad máxima de la que puede disponer la empresa para subsanar una situación financiera. La empresa libremente decide si utilizar todo, parte o nada del importe concedido en crédito.
• Plazo: especifica el tiempo que estará vigente la póliza de crédito y las condiciones de renovación de la misma. En ocasiones se establece la prórroga automática de una póliza.
• Gastos: se centra en las diferentes comisiones e intereses que se aplican en la póliza.

Este documento debe usted firmarlo en una notaría para que resulte válido. Nos encargamos de que todas las partes comprendan las obligaciones y derechos que adquieren en este contrato.

Las comisiones aplicadas a una póliza de crédito son los gastos que asume la empresa contratante de la misma. Se trata de una serie de montantes económicos que están especificados ante la adquisición y uso de la póliza. Por norma general se recogen los siguientes:

• Comisión de apertura: Se trata de un gasto derivado de la concesión y adquisición de la póliza en el momento inicial, solo se paga una vez.
• Comisión por saldo dispuesto: Cada vez que la empresa recurre al dinero de la póliza se aplica una comisión sobre la parte utilizada mientras no haya sido devuelta.
• Comisión de disponibilidad: es la comisión que se cobra por tener disponible un importe a crédito y se cobra sobre el total de la cantidad de crédito que no se está utilizando. Es una comisión por tener disponible la posibilidad de utilizar una cantidad. Lo normal es que sea una comisión inferior a la comisión que se cobra sobre los fondos efectivamente utilizados.
• Interés por excedido y comisión por excedido: En algunas situaciones, la parte contratante puede sobrepasar el total del crédito concedido. A este extra se le aplica una comisión distinta y superior a la comisión de saldo dispuesto. Suele ser una comisión muy elevada, por lo que antes de pasarse de la cantidad disponible en crédito es recomendable ampliar la póliza.

Junto a estas comisiones pueden aparecer otras derivadas de avales, renovaciones o por cierre prematuro de la póliza. Contar con este tipo de saldo puede llegar a resultar muy costoso, pero en ocasiones es un colchón financiero ante una situación imprevista.

Una póliza de este tipo suele contratarse por empresas que trabajan en mercados donde los pagos se realizan en plazos largos o pueden verse retrasados. Por norma general, se emplean para aumentar el flujo de caja en un momento dado ante la previsión de un cobro futuro. Son muy frecuentes en la industria y en la agricultura.