¿Qué es el capital social de una empresa?

El capital social se podría definir como la cifra dineraria que expresa la suma de las aportaciones dineraria o no dinerarias que cada socio aporta a la sociedad, sin derecho a devolución, a cambio de las participaciones sociales o acciones que le atribuyen esa condición de socio.

Hay que tener en cuenta que el capital social no es una cifra libre, sino que debe respetar unos mínimos según el artículo 4 de la Ley de Sociedades de Capital. Así, para las sociedades limitadas es de 3.000€ y para las sociedades anónimas de 60.000€. En ningún caso esta cifra puede ser inferior, según el artículo 5, apartado 1, “no se autorizarán escrituras de constitución de sociedad de capital que tengan una cifra de capital social inferior al legalmente establecido, ni escrituras de modificación del capital social que lo dejen reducido por debajo de dicha cifra, salvo que sea consecuencia del cumplimiento de una Ley.”

La transcendencia e importancia del capital social de una sociedad proviene de las funciones que cumple, que son las siguientes:

1. Iniciar la actividad. La primera función del capital social es dotar a una sociedad, que acaba de nacer, de fondos suficientes para poder poner en marcha su actividad.
2. Es una cifra de responsabilidad y garantía frente a terceros. En las SL o SA, los socios no responden de las deudas sociales con su patrimonio personal, sino únicamente con las aportaciones efectuadas. Por esta razón, las sociedades deben contar con una cifra de capital suficiente para ofrecer una cobertura patrimonial a los acreedores o terceros ajenos a la sociedad.
3. Es una cifra de retención. Cumple una importante función contable, ya que la sociedad viene obligada a llevar un balance, como primera partida del pasivo, como luego veremos, sin que se puedan repartir beneficios hasta que el patrimonio neto contable no supere la cifra de capital social (art. 273 Ley de sociedades de capital).
4. Determina la posición de cada en la sociedad, ya que la participación de cada socio en el capital social, mediante las aportaciones realizadas por estos, determina el porcentaje de los respectivos derechos dentro de la sociedad, por ejemplo, el porcentaje de dividendo que le corresponden o el derecho de voto.
5. Es un medio de inversión. En las sociedades anónimas, la incorporación de las acciones a títulos valores o anotaciones en cuenta, facilita el acceso de las sociedades a mercados de capital.

El capital social no debe confundirse con la cifra de patrimonio social, pues son conceptos que, aunque puedan tener cierta relación, son diferentes.

1. El capital social es un concepto jurídico que alude a la cifra fija y convencional que recogen los estatutos, mientras que el patrimonio, es un concepto económico que hace referencia al conjunto de bienes, derechos y obligaciones de contenido económico que pertenece a la sociedad en cada momento.
2. El capital social tiene un carácter estable y constante, sin perjuicio de que pueda sufrir variaciones por el aumento o reducción del capital social, pero siempre previo acuerdo social. Por su parte, el patrimonio oscila permanentemente, en función de los resultados de la actividad social.

De las características expuestas, resulta una importante relación entre ambas cifras, capital social y patrimonio, pues refleja el estado económico en que se encuentra una sociedad. A medida que el valor del patrimonio rebasa la cifra de capital, la situación de será más sólida, ya que la sociedad crece económicamente. Por el contrario, si disminuye la primera respecto a la segunda cifra, significará que las pérdidas han ido absorbiendo los fondos aportados por los socios.

El capital social de una empresa está constituido por aportaciones dinerarias y no dinerarias. Debido a las funciones de garantía que citamos anteriormente, se considera un pasivo en el balance general.

El balance general es un documento que representa el estado financiero de una empresa en un momento concreto. Muestra los datos referentes al activo, al patrimonio neto y al pasivo, en el cual se engloba el capital social.

En el pasivo se muestran todas las deudas y obligaciones contraídas por el negocio. Se divide en:

• Pasivo corriente. Formado por las deudas y obligaciones a corto plazo como, por ejemplo, sueldos de empleados e impuestos.
• Pasivo no corriente. Obligaciones y deudas a largo plazo. Es el caso de los préstamos y líneas de crédito solicitadas.
• Patrimonio neto. Aquí se incluyen las aportaciones de los socios y, por tanto, el capital social. También refleja los beneficios y las ganancias.

Calcular el capital social de una empresa es bastante sencillo. Lo primero que debemos hacer es sumar todos los activos y todos los pasivos que posea el negocio. Posteriormente, a la cantidad resultante de los activos le restamos la obtenida por la suma de los pasivos. El resultado será el patrimonio neto.

Una vez que tengamos el patrimonio neto debemos restarle la reserva legal. Por ejemplo, según la ley de sociedades de capital, las sociedades limitadas deben reservar el 10 % de sus beneficios anuales con un máximo del 20 % del capital social suscrito. Si fueron 3.000 €, este concepto equivaldría a un máximo de 600 €.

Finalmente, a la cantidad resultante de restar al patrimonio neto, la reserva legal, tenemos que sustraer también el resultado de ejercicios anteriores. Esa cifra será el capital social.

Todas las empresas pueden, según la ley de sociedades, ampliar y reducir su capital.