Renuncia de poderes

Los poderes notariales son otorgados por una persona conocida como poderdante a su apoderado para que le represente en una o más gestiones. En todos los poderes, el apoderado debe conocer que puede renunciar al poder recibido cuando lo desee.

La principal diferencia con la revocación de poder es que en la renuncia de poderes es el apoderado quien elige cesar en su función de representación; mientras que en la revocación de poder quien lo otorgó es quien lo deja sin efecto.

La renuncia de poderes se puede tramitar tanto a nivel particular como en sociedades mercantiles. Para tramitarla, deberá firmar escritura de renuncia de poder para dejar de representar al poderdante en contratos o negocios jurídicos.

Dicha escritura se podrá tramitar por simple deseo del apoderado en cualquier momento, con la excepción de haberse otorgado para ser usada en un acto de comercio.

La renuncia de poderes está legislada en el Código Civil español, en su capítulo cuarto.

Una de las particularidades que suceden en el otorgamiento de poderes, es que el poder otorgado no necesita ser aceptado, pudiendo el apoderado ejercer su función de representación sin firmar ninguna escritura. En muchos casos, cuando finaliza la operación de representación, se deja de usar sin poner fin oficial a la entrega de poder. Por eso mismo, existen ciertas circunstancias en las que es conveniente manifestar que se ha renunciado al poder, en vez de dejarlo de utilizar, y comunicarlo tanto al poderdante como a terceros implicados (familiares, clientes, entidades bancarias, directores o administradores de sociedades mercantiles).

Entre las causas que podemos encontrar para renunciar a un poder encontramos el fin de la necesidad de representación mediante otorgamiento de poderes, por ejemplo, en el caso de un apoderado que haya dejado de colaborar con una sociedad mercantil.

En muchas ocasiones también sucede que se produzca el otorgamiento de poderes a otra persona por la cual el apoderado anterior deja de realizar sus funciones de representación, pero sin tener un documento que lo determine. Asimismo, también podemos encontrar circunstancias como enfermedades del apoderado que le incapaciten para la gestión de representación o desacuerdos entre el apoderado y poderdante.

La renuncia a los poderes es libre en la mayoría de los casos y se considera un acto discrecional por el cual no debe existir una causa en la que justificarse.

Entre las funciones de los Notarios se encuentra la de asesorar y asesorar antes de la firma de manera imparcial y gratuita. Sea cual sea el trámite que esté valorando, expónganos sus dudas y realice las consultas necesarias.

Su capacidad para actuar de forma objetiva y neutral permite certificar la autenticidad de los documentos y asegurar que las transacciones, como la escritura de renuncia de poder, cumplan las leyes y regulaciones.

Además, en el caso de los poderes, en los casos en que sea necesario, ejecuta tareas complementarias como la notificación al poderdante y la inscripción de la escritura en el Registro Mercantil correspondiente.

Distinguimos entre la documentación que debería aportar un particular o persona física, de aquella que deberán aportar empresas o personas jurídicas.

Personas físicas:

• Documento de identificación de quien renuncia al poder.
• Copia del poder otorgado al que se renuncia o datos identificativos del poder objeto de renuncia.

Personas jurídicas:

• Documento identificativo del representante de la sociedad.
• Documentos que acrediten la existencia de la sociedad que renuncia al poder y la condición del representante de la sociedad. No obstante, se puede sustituir por la información mercantil.
• Copia del poder al que se renuncia o datos de identificación del poder que se revoca.

Si es apoderado y ejerce o ha ejercido funciones de representación que le han sido otorgadas pero quiere renunciar a ellas, podrá tramitar su renuncia de poderes. Es importante recordar que si es apoderado de una sociedad mercantil y se encuentra realizando actos de comercio deberá comunicarle a la empresa este trámite para que tenga tiempo a nombrar a otro apoderado y evitarle perjuicios que puedan ocasionar a usted responsabilidades.

El primer paso consiste en contactar con un Notario para tramitar la escritura de renuncia de poder. Puede ser el Notario que redactó la escritura original o uno nuevo. En cuanto a la firma de renuncia de poder ante Notario solo deberá firmar el apoderado, sin ser necesaria la presencia de quien otorgó el poder.

Tras la firma de la renuncia del poder en notaría, se entregará una copia auténtica de la escritura de renuncia de poderes al renunciante.

Una vez tramitada la escritura de renuncia, puede ser necesario poner en conocimiento del poderdante. Tanto un apoderado como el Notario que le tramite la gestión puede realizar la notificación.

Asimismo, el Notario también deberá comunicar a la notaría inicial, en el caso de que existiese un primer Notario con el que se confirió la escritura de otorgación de poder, para dejar constancia en los registros.

En la escritura de renuncia de poderes se deberá manifestar la causa que provoca la renuncia del apoderado en el caso de poderes entregados por acto de comercio. Esto se ha comentado anteriormente y se produce porque el poderdante podría verse perjudicado por la renuncia del apoderado en gestiones de trámites vigentes.

La escritura de renuncia de poderes deberá informar sobre:

• El apoderado: mediante la identificación de la persona que renuncia.
• Poderdante: se deberá identificar a la persona física o jurídica que proporcionó el poder.
• Datos identificativos del poder que se renuncia.
• Fecha de fin de poder: en la escritura se indicará la fecha, ya sea inmediata o la fecha efectiva de renuncia para evitar perjuicios al poderdante.